Notas de nuestro viaje

Vivir es sobrevivir,
en la escuela nadie te enseñará a decidir,
entre lo malo y lo peor,
o entre lo puto bueno y lo aún mejor.

Crecer es darse cuenta que hay serpientes que caminan sobre sus pies,
y que el callado muchas veces es la persona de diez,
que en el camino el fallo es normal,
y anormal es aquel que intenta acallar al que conserva intacta su bondad.

A los boceras siempre se les escucha primero,
pero la reflexión crece en el silencio del sincero,
sinceras son las miradas,
canallas son las pantallas que intentan ocultarlas.

El ser humano batalla por la conquista de la libertad,
encabezados por políticos que normalmente obran con maldad,
pocos de ellos son honrados,
y a esos los de su casta tratan como malditos psicópatas tarados.

Tú confías en votarles,
ellos confían en robarte,
por cada libro que tu mente absorbe,
expulsa un apoyo a su tráfico con sobres.

Nos preocupa matar nuestro tiempo libre,
y es el tiempo el que mata a toda nuestra esclava estirpe,
un día más es un día menos,
atrapados en las jaulas de nuestros melancólicos recuerdos.

Somos especialistas en escapismo,
abriendo la mente para dejar huir al presente,
pensando siempre en el día que todavía tenemos enfrente.

La generación que creó la mayor crisis del tercer milenio,
critica a sus hijos los milenials,
porque chupan de ellos hasta que puedan chupar de sus nietos.

Horas frente a un ordenador,
desordenando las ilusiones que guardaba tu yo interior,
los días vuelan sin alas,
y mientras tu culo sentado en magníficas salas,
rodeado de hombres con cargos de auténtico de postín,
y de mujeres con caros vestidos y toneladas de rojo carmín.

El lenguaje laboral es como ir siempre de farol,
antes era una pequeña llamada,
y ahora está en tu mano lanzar el ordago en aquella call.