En el siglo XXI el amor no se mide en besos,
sino en compartir fotos,
donde salís con los labios tiesos.
En el siglo XXI el amor no se mide en litros,
sino en compartir fotos,
en las que os habéis tragado los mejores filtros.
En el siglo XXI el amor no se mide en kilos,
sino en en compartir fotos,
en las que ocultais el peso de vuestros peores vicios.
En el siglo XXI el amor no se mide en metros,
sino en compartir fotos,
porque tenéis kilómetros de cerebro hueco.
En el siglo XXI el amor no se mide en segundos,
sino en compartir fotos,
en los que enseñais vuestros abdominales desnudos.
En el siglo XXI el amor no se mide en textos,
sino en compartir fotos,
mostrando la tinta regada en vuestros pechos.
En el siglo XXII seguiréis compartiendo fotos,
y vuestros nietos extrañados pensarán,
que sus abuelos estaban un poco tontos.
Si después de esta perorata tenéis ganas de leer algo más, dejo aquí el enlace de la primera parte (Enlace)