16 de Marzo de 2020
Día 2 del estado de alarma en España
Llevo cinco días en casa.
Hoy por lo menos he salido diez minutos, he podido pasar por el banco y por el supermercado a reabastecerme. Las visitas a los supermercado no dejan de ser momentos que hasta hace 4 días hubiésemos catalogado como surrealistas. Se respeta un metro de distancia entre cada cliente en la cola, la fruta y el pan se coge de manera rigurosa con los guantes destinados a ellos, y hay clientes que entre las gafas, mascarillas y gorros no se les ve más de un centímetro cuadrado de cuerpo.
Son las 8 de la tarde y acabamos de realizar el ya clásico ( desde el sábado) aplauso colectivo con el que nos solidarizamos con todos los trabajadores sanitarios del país. Realmente creo que es extensivo a todos lo que les toca estar en las calles y en sus trabajos estos días para que no se acabe de romper la frágil cadena que queda del país y no nos falte de nada. Médicos, enfermeros, policías, transportistas, empleados de supermercado, farmacéuticos… Es un mensaje de agradecimiento para todos ellos. Y además, creo que es un pequeño ejercicio de socialización y de unidad, que en estos días en los que vivimos recluidos en casa se agradecen mucho.
La verdad es que no he parado en todo el día. Parece contradictorio cuando piensas que tienes que estar encerrado en casa, pero mi carga de trabajo sigue siendo igual que un día cualquiera por la oficina, en mi caso estoy 100% operativo con el teletrabajo. Además del trabajo que disfrutado de mi efímera salida a la calle, de preparar la comida y hasta hace un rato de una rutina de entrenamiento para tener el cuerpo activo en la medida que pueda.
El aislamiento nos está ayudando a tener más contacto, porque aunque sea virtual sigue siendo contacto, con todas aquellas personas que forman parte de nuestra vida. Familia, amigos cercanos, compañeros, conocidos y hasta aquellas personas con las que desde hace semanas no cruzábamos palabra. Hemos multiplicado nuestras llamadas, videollamadas y chats de Whatsapp y nos estamos preocupando bastante más por las personas que nos rodean en el que creo que es un sano ejercicio de solidaridad.
Otra de las cosas en las que he pensado hoy, y sin querer tampoco entrar como un elefante en una cacharrería en el tema político ( aunque me cuesta mucho), es en las prioridades y mensajes de nuestros representantes políticos hasta hace una semana. El principal caballo de batalla para nuestro ministro comunista de consumo, que tiene guasa el tema, era la prohibición de las cajas de botín de los videojuegos ( os sonará a chino a todos lo que no juguéis a la play o PC). Nuestra ministra de la presidencia peleando arduamente, de la mano del lenguaje inclusivo, contra un enemigo del reino heteropatriarcal. En el ministerio de Igualdad se grababan más videos que en un plató de Antena3 con la ministra tomándose una tartita por su cumpleaños, el portavoz de sanidad con sus risitas cuando hablaba de la crisis del catarrito… Espero que por lo menos con este desgraciado golpe de realidad nos demos cuenta de que la única naturaleza de este gobierno es la de preocuparse por gestos que le otorguen réditos electorales, pero como está quedando demostrado estos días, carecen de ninguna capacidad para tomar las riendas de la Nación.
PD: Tengo pesadillas con las imágenes de nuestras ministras enfundadas en guantes de látex de color morado en la manifestación del 8M.